Es importante que la ley contemple derechos que podrían llegar a perderse al bajar la mayoría de edad de 21 a 18 años, como los alimentos y la pensión en caso de fallecimiento de los padres. Es importante que el proyecto mantenga este derecho hasta los 21 años.
En muchos países la mayoría de edad es a los 18 años. Si bien era lo que nosotros desde el derecho civil reclamábamos, es un momento y una edad complicados para que los jóvenes tengan mayores libertades, lo cual, de prosperar, pone en cabeza de los padres una mayor obligación de contralor.
Nótese que hoy el menor a los 18 años puede y debe votar, puede conducir un vehículo, puede trabajar sin autorización de los padres, y esta reforma que se procura otorgará una serie mayor de derechos en un momento en que la familia parece haberse desentendido de un control que impone actuar con mayor rigurosidad dadas las condiciones sociales, laborales y de falta de inclusión que padece la juventud, como la latente amenaza de la droga en sectores que tienen menor inclusión social.
Me parece que se sacan las leyes con mucha urgencia y poca deliberación. En este momento darles más libertad a los jóvenes no sé si es oportuno, pero como es un derecho que siempre hemos solicitado deberá extremarse el cuidado de la sociedad para que redunde en su beneficio.